Cinco libros para celebrar el día del orgullo LGTBIQ+
Celebramos el orgullo con cinco libros que reivindican formas de vida y amar no heteronormativas, que hablan de un deseo sin prejuicios ni culpa y abogan por una sociedad más libre y tolerante.

Las malas, de Camila Sosa Villada
En Las malas (Tusquets, 2019), Camila Sosa Villada nos habla sobre la furia travesti y la fiesta de ser travesti. En su obra hay dolor, porque las travestis son expulsadas de la sociedad, maltratadas y asesinadas, pero también hay alegría y fuertes lazos de amor entre mujeres que saben que solo se tienen las unas a las otras para sobrevivir.
Con este libro, Sosa ha condensado todo el miedo, la intolerancia y el desprecio que ha sentido por su condición de mujer travesti para convertirlos en una hermosa prosa, donde la crónica social y su autobiografía se mezclan con un realismo mágico que nos lleva a un mundo donde es posible amamantar con pechos llenos de aceite de avión, convertirse en lobizona durante las noches de luna llena o que te salgan alas y poder volar, pero acabar confinada en una jaula: un cuento de hadas que siempre se encuentra a un paso de convertirse en un relato de terror, por la brutalidad que acecha en la calle y el poco valor que se da a las vidas de les desposeides.
Sosa también ha hecho un manifiesto político al reivindicar la identidad travesti y la importancia de una igualdad de derechos para evitar la discriminación laboral y social, que empuja a muchas mujeres a jugarse la vida solo por ser quienes siempre deberían haber sido. Las malas también es un alegato a favor de los cuerpos disidentes, la lucha, el amor no normativo, la amistad, el deseo y la sororidad.

Orlando, de Virginia Woolf
Orlando es una hermosa carta de amor, pero de las que duelen, porque con ella dejas marchar a la persona amada. De ahí que Virginia Woolf, a veces, sea cruel con su personaje protagonista, al que ve como un ganso salvaje imposible de retener, pero al final, siempre se deja vencer por la admiración y el cariño.
De hecho, aunque Orlando también se ha considerado una venganza por parte de Virginia en forma de libro, lo cierto es que la autora es más dura consigo misma —a la que vemos representada en la figura de una archiduquesa mayor, poco agraciada y molesta—, que con su virtuoso Orlando, portador de las mejores piernas de toda la región.
Más allá de la relación entre Orlando y Vita Sackville-West, lo más interesante de esta biografía ficticia es cómo trasgrede las barreras de género, en lo que se podría considerar la primera obra queer de la historia y que tan fielmente mostró Tilda Swinton en la gran pantalla.

Hambre azul, de Viola Di Grado
Hambre azul (Alpha Decay, 2022), de Viola Di Grado, trata de un amor que nace del miedo y la soledad, germina en habitaciones baratas de hotel y fallece entre los escombros de una fábrica abandonada.
Tras la muerte de su hermano gemelo, la protagonista de esta historia decide viajar a Shanghái. Allí, conoce a Xu, a la que se aferra de una forma dolorosa y autodestructiva que las irá devorando a las dos con un hambre que nunca se sacia.
El duelo y estar sola en un país extranjero sacan a la superficie problemas de la protagonista que siempre habían estado ahí, como su inseguridad, necesidad de cariño y su sensación de inferioridad con respecto a su hermano gemelo, carismático y querido por todos. Enfrentada a su realidad, toca fondo y únicamente siente algo de consuelo en la relación tóxica y denigrante que establece con Xu: solo cuando los dientes de Xu mastican su cuerpo es capaz de sentir que existe, que su vida merece la pena, pero el vacío vuelve al día siguiente, ante el silencio de Xu y la ciudad indiferente a su dolor y soledad.
Xu, como ella, también está rota, abandonada por su madre y maltratada por su padre y abuela; su miedo al abandono hace que tema comprometerse en una relación y que sienta que solo tiene el control siendo despectiva e hiriente.
Estas dos mujeres heridas, que no deberían estar juntas, funden sus cuerpos y sus almas por los lugares abandonados de Shanghái, mientras se van vaciando de todo lo que son, de sus sueños y temores, hasta que ya no queda miedo ni deseo ni amor.
El estilo de Viola di Grado es sensual y violento, su escritura es sucia y triste, pero también hay dulzura y cariño en estos personajes desorientados y abandonados, que repelen tanto como despiertan empatía y cariño.
Desastres íntimos, de Cristina Peri Rossi

En Desastres íntimos (Lumen, 2022), de Cristina Peri Rossi, encontramos un erotismo palpable y sensual, que puede ser arrebatador, decadente, sucio, tierno, húmedo o comestible, pero que siempre se ve interrumpido por la inconveniente realidad.
La cotidianidad —las llamadas de maridos celosos, tener que pagar facturas, llevar a los niños al colegio o abrir botes de lejía— no debería interponerse al placer de los cuerpos que se desean, al deleite de saborear a tu amante ni a la satisfacción de alcanzar tu fetiche. Sin embargo, como en la vida misma, en los relatos eróticos de Peri Rossi siempre aparece un golpe de realidad que mata la pasión.
Con estos relatos, la autora aprovecha el deseo para hablar de nuestras pulsiones más ocultas, de identidad, feminismo y sexualidad no heteronormativa. Con unos personajes que desean fuera de los márgenes sin asomo de culpa o vergüenza, Peri Rossi desafía cualquier prejuicio moral y a las normas caducas del patriarcado.
El círculo de las hijas perdidas, de Lindsey Drager
Por lo general, los padres tienen una idea muy concreta sobre cómo quieren que sean sus hijas, pero ellas, al crecer, y si tienen suerte, acabarán encontrando su propio camino y desarrollando una personalidad propia; esto para muchos padres supone pasar un duelo por la idea de hija que han perdido. En El círculo de las hijas perdidas (Aristas Martínez, 2021), escrito por Lindsey Drager, se muestra un futuro distópico donde se narran, como si de cuentos de hadas se trataran, las historias de estas hijas desaparecidas, homenajeando a Virginia Woolf, Charlotte Brontë, Mary Shelly y Charlotte Perkins. Pero hay otra forma de perder a una hija y es descubrir que siempre había sido un hijo, lo que puede ser doloroso para un padre que ve lo que su hijo va a tener que sufrir y a la incomprensión a la que se va a enfrentar solo por ser él mismo.
Con un lenguaje propio, Drager mezcla distopía, tradición oral y cuento gótico para hablar de las relaciones entre padres e hijes, la búsqueda de la identidad, las infancias trans y su despatologización, y las nuevas masculinidades. Se trata de una lectura exigente, a ratos bastante compleja, pero completamente fascinante.
Por |Alicia Medina
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