Maria Callas y Pasolini: «Una feliz coincidencia de voluntades»

Maria Callas y Pasolini

Maria Callas y Pasolini: «Una feliz coincidencia de voluntades»

Maria Callas fue una de las grandes divas del siglo pasado, y al igual que Pier Paolo Pasolini, su personalidad de cara al público (porque ella siempre confirmaba que la Callas y Maria eran dos personas distintas) era grandiosa. Se conocieron por magia del destino, según comenta Callas en la entrevista a ‘Furoi Orario’ sobre Medea.

Aunque la Callas había representado a Medea antes, era su primera película. Había rechazado papeles para la gran pantalla antes y estuvo a punto de rechazar este también, pero se reunió de antemano con el productor Franco Rossellini, que la convenció después de ver Edipo Rey. Ella aceptó. Tampoco fue fácil en un principio por el prejuicio de la actriz hacia el director cinematográfico, ya que Teorema le pareció una «blasfemia» y lo veía como un comunista provocador. Pier Paolo Pasolini quería que ella fuera su Medea por la energía que reflejaba su forma de ser, digna de una tragedia bien construida. No empezó a escribir el guion hasta que ella confirmó que sería su protagonista. Maria Callas lo relata en una de las entrevistas promocionales de la película: «Rossellini vino a verme con un proyecto concreto de Pasolini […] y nos encontramos en una feliz coincidencia de voluntades».
Poco antes se rompió su relación con el hombre considerado el amor de su vida, el magnate Aristóteles Onassis, por lo que esta película la ayudó notablemente, así como el hecho de que Pasolini, que entendía la vida de una forma bastante parecida a la de la Callas, entrase en su día a día. Al finalizar el rodaje de Medea, Pasolini le regaló un anillo y se besaron tras abrazarse. La prensa enloqueció, aunque no era la única vez que mostraron su afecto en público: según los actores, en pleno rodaje Pasolini prestaba más atención a Maria que a nadie más —Pier Paolo llegó a afirmar que solo amaba a dos mujeres, a su madre y a Maria Callas—.

Maria Callas y Pier Paolo Pasolini
Maria Callas y Pier Paolo Pasolini

El director y escritor dedica un núcleo de 14 poemas a Maria Callas en el poemario Trasumanar e organizar, publicado en 1971. En «Rifacimiento» escribe: «I sensi amarono ciò che amare altro non significava / che dimenticare e nascondere» [«Los sentimientos amaron lo que amar no significaba otra cosa / que olvidar y ocultar»]. Pasolini no llegó a declararle a Callas lo que sentía por ella, fuese una idealización narcisista o un cariño puro, y con la declaración del yo poético en este poema se podría referir no solo a sus sentimientos sino a su homosexualidad, de la cual Callas era consciente. De igual manera, él sí aceptó el amor de Callas y que fue recíproco a través de la admiración. Callas también aceptó que Pasolini no se enamorase de ella: durante esos años estuvo él estuvo enamorado del actor Ninetto Davoli, con el cual mantuvo una relación muy dispar e intermitente, y este último acabó casándose con una mujer. En este libro de poemas la figura de Maria Callas y la de Davoli se intercambian, y Pasolini escribe sobre ellos. La reflexión final se da en el poema «Un affetto e la vita»: «Tutte le esperienze dell’amore / sono infatti rese misteriose da quell’affetto / in cui si ripetono identiche» [«Todas las experiencias de amor / se vuelven misteriosas por ese afecto / en las que se repite idénticamente»]. En él, Pasolini demuestra que el afecto para él está por encima del amor, es una fuerza inexplicable; y dicha fuerza inexplicable representa lo que sentía por ambos. De la ruptura de las relaciones que mantuvieron Maria Callas y Pier Paolo Pasolini, separadas en un intervalo de tres años, y del trabajo y cariño, surgió una amistad que se podría entender como romántica gracias al entendimiento y admiración mutuos ante el desgarro de la vida y del amor como resultado del afecto.

Carta María Callas y Pier Paolo Pasolini
Retratos

Se acompañaron en la gira promocional de Medea, en vacaciones y en viajes de trabajo: Maria Callas acompañaba a Pier Paolo Pasolini a localizaciones remotas en África para sus películas, iban juntos a islas griegas, y la amistad se mantuvo a través de cartas y telegramas cuando estaban alejados físicamente.
Solo con las cartas se puede observar la relación tan estrecha que mantuvieron, como en este fragmento que firma Maria Callas en 1971: «Y me preocupo por tu verdad y tu sinceridad. Estamos muy vinculados psíquicamente, me atrevo a decir que es raro en la vida. Es raro, sabes, pero hermoso. Pero tiene que durar ¿y qué es lo que dura?». Aunque el trabajo los distanció, mantuvieron la amistad a través de la correspondencia escrita. Se apoyaron en momentos difíciles, como en la ruptura de Pasolini con Davoli, en la que Maria le prestó todo su apoyo: «Ojalá sintieras la necesidad de venir a mí, pasar 5 minutos difíciles porque son 5-10 minutos de dolor insoportable y después vuelve a ser un poco menos, pero no sentiste la necesidad de mi amistad y yo lo lamento. Te abrazo fuerte con mucho cariño y siempre seré, créeme, tu mejor amiga (presunción, tal vez). Maria».

Carta de María Callas a Pasolini
Carta de María Callas a Pasolini

 

Esta relación puede que se fundamentase a lo que Pasolini retrataba como «antenas»: la intensidad y la atención con la que sentían la vida, que nombró por primera vez en una de las pocas cartas suyas que se conservan: «Esta noche, apenas acabé de trabajar, en ese camino de polvo rosa, sentí, con mis antenas en ti, la misma angustia que tú sentiste ayer en mí con tus antenas». Si esta carta data de 1969, la recordaría dos años después la Callas, cuando le respondió al dolor que sufrió por su ruptura con Davoli: «Te acuerdas en Grado, cuando en el coche hablábamos de amor con Ninetto y sé que, en mis adentros, mis antenas, como tú dices, me lo decían cuando él afirmaba que no se enamoraría nunca». También, como se intuye, probablemente sintieron una unión fortísima por superar las mismas vivencias trágicas. Si Pasolini la quiso como su Medea por su vida trágica para representar un mito que respondía a su propia vida (como bien le dijo, «eres como una piedra preciosa que se rompe violentamente en mil esquirlas para ser reconstruida con un material más duradero que el de la vida, es decir, el material de la poesía»), Maria Callas le demostró que aprendió a ser más que una mujer fuerte: «Pero las tragedias solo deben hacerse en el escenario. La vida la hacemos nosotros dentro de nuestras posibilidades. Yo conozco las mías ahora»; «en cambio, tú también te aferraste a un sueño, hecho solo por ti, porque eres así, aunque te haga sufrir con este pequeño sermoneo. La realidad es lo que debes afrontar, pero no puedes porque no quieres».

En medios se dice que fue un «amor imposible» porque se suele calificar como «amor pleno» solo a aquellas relaciones acompañadas por el sexo, es decir, por relaciones en la que toma partido el deseo erótico por encima de todas las necesidades que se da en cualquier relación. De hecho, se debe negar que fuese este un «amor imposible»: si bien en el artículo de la revista Marie Claire Italia califica la relación en el título como una «tragedia» en el título, el subtítulo expone, a mi parecer, una idea contraria: «cuando se conocieron rompieron todas las reglas conocidas de los sentimientos».

Esta fue una amistad que se debe entender fuera de los parámetros de la heterosexualidad que rodea el romanticismo y la dicotomía platónico-romántico, que solo encadena relaciones que no encajan en esos términos-moldes y que a veces ni siquiera se puede encasillar en una amistad al uso tal y como las entendemos hoy en día. Se lee de esta relación que fue un «amor inalcanzable», que, leído de forma crítica, hace entender que lo fue porque no existió una reciprocidad sexual y erótica, si es que hubo un deseo de ella por alguna de las dos partes. Dudo que en la relación que tuvieron Pasolini y Callas de amor y cariño sea «imposible»; la separación entre el amor romántico y la amistad es difusa. ¿Qué deja de ser amistad? ¿Qué no es amor, pero sí amistad? No creo que sea posible entender una amistad sin afecto, fuerza inicial que remarcó Pasolini en su obra, o al menos sin amor. En el caso de estas dos estrellas, se correspondieron dos personas con atracciones y anhelos distintos sin que la admiración se viese intacta. Lo hermoso de que dos personas tan interesantes de la cultura del siglo XX conectaran tan ampliamente, se apoyasen y se quisieran —a pesar de las orientaciones sexuales, como se quiso remarcar en la prensa— hace que esta relación sea hipnotizante. También es necesario revisarlo, puesto que el tipo de relación que tuvieron es suficiente y plena; un afecto perfecto, quizás el más perfecto que existe.

A pesar de la intensidad que vivió esta relación, no se sabe nada de la continuación de esta a partir de 1972. Maria no habló en público del asesinato de Pasolini que ocurrió el 2 de noviembre de 1975. Dos años más tarde moriría ella, sola en su piso, en París.

 

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Por |Gudrun Palomino

[Los extractos de las cartas están publicadas en Maria Callas: Cartas y memorias (Akal, 2022), con la traducción de Emiliano D’Incecco y Jordi Sánchez i Sanjuán. Aunque la traducción de los poemas de Pier Paolo Pasolini están publicadas en La insomne felicidad (Galaxia Gutenberg, 2022), los versos citados en este artículo cuentan con mi traducción].

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Gudrun Palomino
Gudrun Palomino es poeta, traductora literaria e investigadora predoctoral. Pero, sobre todo, se dedica a leer. 'La lejanía de nuestros cuerpos' (Isla Elefante, 2023, finalista del Premio Adonáis 2022) es su primer poemario.