Colette: la autora francesa de las primeras veces.

Colette

Colette: la autora francesa de las primeras veces.

“Me siento más viva cuando leo a Colette” 

-Helen Simpson.

La primera mujer presidenta de la Académie Goncourt. La primera mujer en tener un funeral de Estado. La mujer de las primeras veces, la mujer de la vida a flor de piel, la escritora de la prosa seductora y cruda: Colette. Su nombre de pila era Sidonie-Gabrielle Colette, nacida en Francia en 1873. Estuvo casada tres veces y a su vez, vivió dos divorcios. Finalmente, también tuvo una relación con Missy o Mathilde de Morny –la sobrina de Napoleón-, uno de los amores que más marcaría su vida. Su obra se mueve entre la intriga y la imposibilidad del amor, llena de mujeres poderosas que juegar con los límites éticos de la sociedad. Colette, como sus novelas, estuvo llena de excentricidades y misterios.

colette

Se mudó a Paris a la edad de 20 años, estando casada con Henry Gauthier-Villars quien la forzó a escribir para publicar bajo su nombre (Willy) y apropiarse del talento de Colette. La primera serie que publicó fue Claudine. Fue un éxito y el crédito entendemos quién se lo llevó.

Al terminar su relación con Willy en 1906, se dedicó a trabajar de bailarina en escenarios y a intentar vivir como podía de sus novelas. A pesar de sus esfuerzos para mantenerse a flote económicamente, la escritora no fue inmune a los desastrosos efectos de la crisis de 1930, por lo que intentó incurrir en el mundo de los negocios con una línea de productos cosméticos, los cuales creó de la mano de un químico profesional.

La experiencia de Colette en esta temprana etapa de su vida y habiendo experimentado una relación explotadora, la inspiraron a escribir The Vagabond. La mujer en la que se centra la historia transita por dificultades semejeantes a aquellas que experimentó la escritora, y da un mensaje central a través de la búsqueda del amor, después de su experiencia tortuosa y humillante: La libertad es un valor fundamental para Colette, uno que no vale ningún lujo, ni ilusión alguna, al lado de cualquier hombre. Una novela considerada por muchos como autobiográfica, The Vagabond pone en el centro de su historia a Renée Néré, una mujer recientemente divorciada, quien se gana la vida bailando y actuando en obras de Cabaret. La primera parte de esta obra se desarrolla a través de una descripción minuciosa y encantadora de la vida en el teatro -del nivel de la dedicación descriptiva de Proust-, donde la escritora poco nos deja entrar en el mundo interior de la protagonista.

“Una mujer disfruta con la certeza de acariciar un cuerpo cuyos secretos conoce y cuyas preferencias son sugeridas por el suyo propio.”

Al transcurrir  la novela, los espacios físicos en los que habita Renée se conectan con su historia personal. Entre su camerino y su apartamento -o su habitación propia como diría Virginia Wolf-, se encuentra atrapada entre una dualidad: ¿Aquello que experimenta es libertad o soledad?  Con la aparición de Maxime, quien irrumpe agresivamente en su vida y en su trabajo, aquella mujer libre y decidida empieza a sentir como el orden preconcebido que tiene del mundo corre peligro. Este hombre representa todo de lo que ella había huido después de su anterior matrimonio: Riqueza y excentricidad y el amor de un hombre en el que no logra confiar del todo.

Los juegos de poder son otro factor implícito a considerar a la hora de leer a Colette, los diálogos y los encuentros son más que simplemente pasajes en tránsito, son un retrato de la experiencia de una mujer que en carne propia vivió el patriarcado en forma de “amor” matrimonial. El cortejo que experimenta la protagonista de The Vagabond, logra exponer la compleja relación que la autora misma siente hacia el amor y las relaciones: Sacando a flote su vulnerabilidad pero al mismo tiempo, examinando la intrínseca lucha de poderes dentro de las parejas, y la dinámica de las decisiones personales, incluso en una época donde las mujeres podrían ejercer estas en escasos espacios.

“Los viajes sólo son necesarios para las imaginaciones menguadas.”

Por esta misma línea, encontramos el epítome de la obra de Colette: Chéri. Una de las novelas más celebradas de esta escritora, donde nos muestra un desarrollo en su proceso creativo y en su propia experiencia de vida. Chéri es un espejo de la Belle Epoque y su código social: La cultura cortesana que florecía en Francia y en otros lugares de Europa. La sociedad burguesa inmersa en el patriarcado, solía hacer una clasificación informal de las mujeres -expuesta por la feminista del siglo XIX Maria Deraismes- entre “mujeres honestas” y “demi-mondaine” (semi-mundanas), siendo más que evidente cuál era el canon de feminidad aceptable. Lo que logra Colette en esta novela es jugar con estas dos esferas e incluso trasponerlas y difuminarlas en los personajes, esta ambigüedad permite leerlos más allá de una moral binaria.

En Chéri, Colette explora el tejido social alrededor de una relación amorosa, entre una mujer mayor y adinerada, y un joven en busca de un futuro prometedor y tradicional. La relación entre la edad y lo económico en esta relación, experimenta con las dinámicas de poder entre el hombre y la mujer. Las interacciones entre los dos interesantes personajes dejan ver la frivolidad que, característicamente Colette intenta imprimirles a las mujeres presentes en su obra.

Colette encantó y sigue encantando. El desarrollo que logró a través de figuras femeninas en sus obras no es más que un reflejo de una vida interior infinitamente rica que expresa en detalle con una prosa tanto sencilla como bella. La escritora francesa consiguió capturar de una manera realista las relaciones humanas con personajes que existen fuera de ellas. Colette se refleja en sus mujeres, y sus mujeres se reflejan en su creadora. Son seres complejos, no son exclusivamente pasionales y, rotundamente, no están esperando un caballero para sentirse realizadas.


Por | Valentina Hernández