Jane Franklin: la exploradora de época victoriana.

Jane Franklin Jane Franklin

Jane Franklin: la exploradora de la época victoriana. 

Viajera incansable, independiente e impulsora de algunas de las expediciones que permitieron aumentar los conocimientos acerca de la región ártica. Así pasó a la historia Jane Franklin, una mujer que desafió los cánones impuestos por la encorsetada sociedad del siglo XIX.

Para conocer su historia, recogida en la apasionante biografía Las ambiciones de Jane Franklin editada en España por Ediciones Casiopea debemos remontarnos al Londres de 1791, año en el que nació bajo el nombre de Jane Griffin. Descendiente de una familia de tejedores de seda, recibió una buena educación y el interés de su padre porque le acompañara en sus viajes por el continente europeo permitió que conociera numerosos países.

jane franklin

A los 37 años, Jane, que se había convertido en una ávida lectora y había decidido continuar con sus estudios de manera autodidacta, contrajo matrimonio con John Franklin, reputado explorador y capitán de la Royal Navy. El interés de Jane por continuar viajando la llevó a  unirse a su marido en alguna de sus numerosas marchas alrededor del globo, pese a que la presencia de mujeres en las expediciones era una excepción muy criticada en aquella época. Así, Jane Franklin tuvo la oportunidad de visitar la India, Japón, Norteamérica e incluso Hawaii.

Fue en 1837, un año después de que su marido John hubiera sido nombrado teniente gobernador de la Tierra de Van Diemen, la actual Tasmania, cuando se asentaron en aquella isla situada frente a la costa sur de Australia. Franklin, lejos de dedicarse exclusivamente a las tareas domésticas y a otros eventos sociales, se centró en otras actividades que no eran tan habituales para una dama de la alta sociedad victoriana. La fundación de una sociedad científica llamada Sociedad de Tasmania, que llegó a contar con un museo y una revista propia, y la creación de una gliptoteca, museo dedicado a la escultura.

Sus vocación exploradora la llevaron a realizar varios viajes por Australia, y así se convirtió en la primera mujer blanca en viajar por tierra desde Melbourne hasta Sidney. Además, Jane se volcó con la colonia de Van Diemen, asesorando a John en la toma de decisiones políticas, motivo por el que fue duramente criticada ya que en numerosas ocasiones fue acusada por, supuestamente, utilizar indebidamente la influencia de su marido.

En 1844 John fue destituido como gobernador, lo que obligó al matrimonio a regresar a Inglaterra tras 11 años viviendo en la isla. A su vuelta, John decidió sumarse a una expedición que dirigiría con el objetivo de atravesar el último tramo del Paso del Noroeste, una ruta marítima que atraviesa el océano Ártico y conecta el Pacífico con el Océano Atlántico. Durante el viaje, los barcos en los que se desplazaban quedaron atrapados en el hielo del Ártico canadiense, y los 128 miembros de la tripulación fallecieron debido al frío, la escasez de alimentos y enfermedades como la pneumonía y la tuberculosis.

La falta de noticias provocó la intranquilidad en Inglaterra y Jane Franklin, que se negaba a dar por perdida la expedición y aceptar la desaparición de su marido, patrocinó diversos viajes con el objetivo de encontrar a su esposo. Hasta cuatro fueron las expediciones que impulsó Flanklin, ofreciendo recompensas a aquellos que ofrecieran alguna información acerca de su paradero. Durante casi una década, la búsqueda promovida por esta mujer tan atípica en su época llegó a movilizar a once buques británicos y dos estadounidenses, hasta que en 1860 y habiendo hecho todo lo que estaba en su mano, aceptó la pérdida de John. Esto no impidió que, pese a que la expedición llevada a cabo por su marido fracasara, luchase porque se reconociera su labor como explorador. Fue así como consiguió que se le distinguiese como descubridor del Paso del Noroeste y Jane aceptó la medalla de oro de la Real Sociedad Geográfica en conmemoración a dicha hazaña. Fue la primera mujer en recibir este reconocimiento.

Por estos motivos, la opinión pública otorgó a Jane Franklin el título de ‘la mujer que hizo lo que un país no pudo’, llegando incluso a dedicarle baladas como Lady Franklin’s Lament. Durante sus últimos años de vida, compaginó las estancias en Londres con sus habituales viajes alrededor del mundo hasta que falleció en Londres en 1875, habiendo desafiado las normas de una sociedad rígida e inflexible


 

Por | Leonor Nieto García