Leche Materna: madre, hija, abuela y todo lo que no se dice.

«Mi leche era amarga, una leche llena de incertidumbre y destrucción. Negándosela, había protegido a mi hija de aquel amargor». 

La narración desgrana el destino de tres mujeres ‒abuela, madre e hija‒, tres historias trenzadas entre sí, inseparables e imbuidas de renuncia a principios, trabajo, familia e ilusión misma de vivir. La historia trascurre en Letonia durante el periodo histórico comprendido entre el final de la Segunda Guerra y la caída del Muro de Berlín. La autora nos muestra con inusitada belleza narrativa lo que sucede en un país ocupado, donde ella refleja la inestabilidad emocional transmitida de una abuela a una madre, a una hija, que internaliza los impulsos autodestructivos de la represión política. La negativa de la madre a amamantar a su hija será el acto subversivo y compasivo a la vez, un intento de no transmitir el sufrimiento y la desesperanza de una generación a otra. Nora Ikstena entreteje las historias personales de cada una de estas mujeres en un hilo finísimo en donde el lector sentirá el reverso de cada cicatriz.                                                                                                                                                                                                                                             

«En ocasiones tengo un sueño del que despierto con una sensación de náusea. Tengo el rostro contra el pecho de mi madre e intento mamar. Es un pecho grande, repleto de leche, pero no consigo sacar nada. No veo a mi madre ni tampoco ella me ayuda. Estoy allí, luchando a solas con su pecho. Entonces, de repente, consigo cogerme al pezón y la boca se me empieza a llenar de un líquido amargo y repulsivo que casi me ahoga, hasta que por fin despierto, sintiendo arcadas.

Es extraño sentirse así de distante, de lejana, de algo tan natural y noble, tan hermoso y celebrado a través de los siglos. Una madre que alimenta a su bebé. Su rostro esplende repleto de luz, sus ojos contemplan el milagro celestial acurrucado entre sus brazos. Y los ojos de la criatura, desvalidos, totalmente confiados, contemplan a su vez los de la madre. Se entretejen las voces de la naturaleza: la leche que mana del pecho materno es el agua de la vida que alimenta al recién nacido y así los lazos entre madre e hijo devienen perdurables, eternos». 

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Nora Ikstena (1969) se licenció en Filología por la Universidad de Letonia y estudió literatura inglesa en la Universidad de Columbia (Missouri, EEUU). Participa activamente en la vida cultural y política de su país; es cofundadora de la Casa Internacional de Escritores y Traductores de Ventspils. Además, ha sido prolífica en los géneros de ficción, biografía, ensayo, relato y guiones. Es considerada una de las prosistas más influyentes por su elaborado estilo, su detallado enfoque del lenguaje y reflexiones sobre el amor, la muerte y la fe. Cuenta con numerosos galardones, entre ellos el Asamblea Báltica (2006). Entre sus más de veinte obras publicadas destacan las novelas Celebración de la vida (1998) y La lección de la virgen (2001), así como la colección de relatos Historias de la vida (2004). Leche materna (2015) ha sido traducida a más de una docena de idiomas y recibido una excelente acogida a nivel internacional.